Here is a text that I wrote to introduce a few words that Rigoberto dictated to me the second time I visited him in the Preventive Detention Center on Saturday, July 18. It's in Spanish but you can use the "translate" button above. I will eventually do a version in English, which probably will not be 100% identical to this one.
Aquí les comparto un texto que escribí para introducir algunas palabras que me dictó Rigoberto la segunda vez que fui a visitarlo en el Preventivo.
Siempre
es un privilegio a pasar unas horas en la compañía de Rigoberto Juárez Mateo,
encarcelado injustamente en el Centro Preventivo de la Zona 18. Esta vez, el
pasado 18 de julio, acompañé a su esposa, uno de sus hermanos quien
recientemente llegó de los Estados Unidos y un representante de UDEFEGua, una
organización que apoya los defensores de derechos humanos.
Una
visita al Centro Preventivo, en ciertos aspectos, es como visitar a otro país u
otro mundo, con sus propias reglas y su propio orden (o desorden) social, con
su propia cultura y sus propias estructuras socio-político-económicas. Pero hay
que recordar que, a la misma vez es un país o un mundo formado por la sociedad
guatemalteca, y refleja la sociedad mas amplia.
Esto no es un análisis u observación netamente original –hay muchos
estudiosos y otros presos políticos quienes han analizado y criticado el dicho
“complejo prisión-industrial” como componente esencial en mantener el sistema
capitalista. Podemos nombrar, entre otros, la experta legal Michelle Alexander
y el preso político Mumia Abu-Jamal. Entonces podemos mirar al Preventivo como
un microcosmo de Guatemala.
El
sistema penitencial es un sistema de control y disciplina– no solamente para
disciplinar a las personas que tienen la mala suerte de haber sido señalado de
haber cometido lo que el sistema jurídico ha identificado como algún
delito y quienes constituyen los sujetos
de un sistema que está diseñado para robarles no solamente de sus derechos pero
de su dignidad, su identidad, su membresía en su comunidad y en la nación, o
sea, robarles de su humanidad y de su ciudanía. Es un sistema construido a
deshumanizar a los presos—por lo menos, los presos que vienen de las clases
populares. Las visitas y la regulación de las visitas son mecanismos de
mantener cierta disciplina sobre los reos, porque las guardias pueden negar a
un reo el derecho de tener visitas, por lo tanto que las definen como
privilegio y no como derecho. En el caso de los compañeros presos políticos en
el Preventivo, solamente tienen derecho de visitas el día sábado, mientras
otros presos pueden recibir visitas en algún día entre semana.
También
el sistema penitencial y el sistema jurídica son diseñados a controlar y
disciplinar la población fuera de los cárceles, La existencia de las prisiones
y la grande población encarcelada sirve como recordatorio para la población en
general de la precariedad de sus vidas y las consecuencias de caer mal a alguna
autoridad. En esta instancia, la prisión
ejerce un control sobre las familias de los presos, que hacen grandes
sacrificios para visitar con sus seres queridos y ofrecerles apoyo emocional
(por su presencia) y económico-empírico (por traerles alimentos, otras
necesidades como jabón o ropa, y dinero para cobrar sus gastos). Porque también
el cárcel tiene su propia economía interna, como nos comentó Rigoberto la
primera vez que le visité en la cárcel hace 2 semanas. Los familiares y los
amigos quienes vienen a visitar tienen que someterse a la disciplina de la
prisión el momento que bajan del transporte y suben la loma a la entrada de la
prisión. O quizás empieza antes, en las preparaciones, porque uno tiene que
recordar que no puede portar reloj, billetera, mas de Q500 en efectivo,
tacones, teléfono, leche en polvo y docenas de otras cosas prohibidas. Es una
disciplina o tecnología de control netamente física, porque el sistema
determina como uno usa su propio cuerpo. Como señalan las feministas, para el
sistema capitalista-extractivista, los cuerpos de las personas son nada mas que
otro territorio a colonizar. Las visitas también representa una ruptura en la
rutina cotidiana y la economía domestica para las familias de los presos,
sobretodo los que, como nuestros compañeros, son encarcelados en una prisión
muy distante de sus comunidades. Cada visita representa una gran inversión de
dinero para familias de escasos recursos, y tiempo que no pueden dedicar a sus
cultivos, sus ganados, sus pequeños negocios u otras formas de actividad
económica. Visitar el Preventivo desde Santa Eulalia implica un viaje de 9 o 10
horas en bus cada vía, es decir salir el día o la noche antes para llegar al
Preventivo a las 5:30 o 6 de la mañana, para obtener una buena posición en la
aparentemente interminable cola de visitantes ansiosos.
Aunque
hayan regulaciones sobre las visitas, en realidad mucho depende en el humor de
las guardias de torno en algún día determinado.
La primera vez que visité, el 4 de julio, pasemos por los primeros pasos
– registrando los nombres y una inspección somera de las bolsas y paquetes – en
una manera bastante ordenada, pero este ultimo sábado 18, las guardias de torno
no estaban preparados y esta causó tanta frustración entre los visitantes que
hubo una desbandada hacia el portón. Luego, a llegar a la mera entrada de la
facilidad, los visitantes se arreglan en colas por el sector que van a visitar
y esperan y esperan y esperan. A veces
abren la puerta a las 8, me confirmó la esposa de Rigoberto, Juana Méndez,
mientras el sol subió y comenzó a calentarnos, pero a veces abren hasta las 11,
sujeto al capricho de los guardias de turno, dejando muy poco tiempo para la
visita, solamente suficiente para dejar las cosas que uno ha traído, porque en
general se termina el horario de visitas puntualmente a las 2 p.m.
También,
aunque en alguna de las salas de espera hay unas listas que las cosas
prohibidas y permitidas – desde los tipos de zapatos que los visitantes pueden
usar hasta las variedades de frutas que si se permite entrar (sandia, melón y
papaya) – en realidad, esto también es sujeto al capricho de los guardias de
turno. La primera vez que visité traíamos tamales y nos obligaron a
desenvolverlos uno por uno. La segunda vez traíamos chuchitos y no nos
obligaron a abrir todos, en el primer punto de inspección detallado la guardia
de turno solamente me pidió abrir uno parcialmente.
Hay
tres puntos de inspección de los paquetes y una inspección física, y es posible
que el guardia en el ultimo punto de inspección rechaza algo que pasó por las
otras inspecciones. La esposa de Rigoberto me dijo que una vez rechazaron unos
medicamentos costosos – y ya estando adentro no sabia que hacer porque no hay
un servicio de portero donde uno puede dejar las cosas rechazadas hasta que uno
sale. Ella metió el paquete en un rincón de la sala de inspección y
afortunadamente pudo recuperarlos cuando salió. La resulta de este proceso
largo, arduo y caprichoso es crear un ambiente de inseguridad por los y las
visitantes. También para los presos porque no saben si van a poder recibir
cosas mas esenciales como medicamentos. Es como una prueba de resistencia para
los y las visitantes. Yo solamente lo hice dos veces, y esas experiencias
aumentaron mi aprecio para las valientes esposas de Rigoberto y Domingo,
quienes lo han hecho fielmente durante los 4 meses que sus maridos han pasado
en este cárcel.
Ya
pasando la última revisión de sus paquetes, los y las visitantes pasan por un
torniquete de entrada, donde se encuentran sumergidos en un mar de humanidad,
perfumado con una mezcla de miedo, ansiedad, anticipación, alegría, tristeza y
un sin de emociones. Pero afortunadamente Domingo estaba esperándonos, y nos
condujo a la mesa que él y Rigoberto habían reservado, donde pudiéramos sentar,
compartir una comida, entregar unas cartas y otras encomiendas, y mas importante,
conversar con ellos. Ellos nos comentaron que para ellos, cada visita es como
una sorpresa inesperada, que nunca se dan por sentado que sus amigos y seres
queridos puedan superar los obstáculos que una visita representa.
Nos
confiaron que la situación dentro de la cárcel se ha hecho un poco inestable y
precaria. Rigoberto nos dijo que “Han pasado muchas cosas terribles”, y hace
poco han instalado un nuevo director del Preventivo quien está intentando,
según Rigo, “a establecer mas control.”
Pero informó Rigo, no para la seguridad de los presos sino para el
beneficio del sistema penitencial.
Durante
el transcurso de la visita, nos hablaron sobre la incapacidad del sistema de
justicia. Dos días antes de nuestra visita, jueves el 16 de julio, varios de
los solidarios fuimos a Huehuetenango para estar presente en una audiencia para
ellos, pero un poco después de las 9 de la mañana, los abogados salieron de la
corte en Huehue para decirnos que se suspendieron la audiencia hasta el 18 de
agosto, en parte porque el sistema penitencial no pudo trasladar los presos
para que estuvieron presentes a la hora determinada. Pero en la cárcel, Domingo nos dijo que si
les habían sacado del Preventivo, les habían metido en la palangana de un
picop, con sus manos atadas con esposas, “como si fuéramos animales”, pero no
llegaron en Huehuetenango hasta las 11:30 de la noche, cuando la audiencia fue
programada para las 8:30 de la mañana. Rigo agregó que era una experiencia muy
dura y humillante, porque eran expuestos al sol, y luego lluvia , que no les
dieron comida y “nos trataron como coches.”
Sin
embargo, tanto Domingo como Rigoberto muestran su determinación a seguir con su
lucha, no solamente para liberarse de la cárcel pero la lucha para defender el
territorio y la vida. Después de haber terminado nuestro almuerzo, los presos
tuvieron que salir para alinearse y ser contados, pero luego regresaron y
resumimos nuestra conversación. Rigoberto me pidió sacar mi cuaderno para que
yo pudiera transcribir algunas de sus observaciones para compartir con sus
compañeros y compañeras.
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En mi caso en particular, no puedo hablar
para Domingo, porque cada quien tiene sus sentimientos, en los 4 meses que
vamos a cumplir ahora, cada día nos va rectificando que la lucha de nuestros
pueblos es mas justa y necesaria ahora que nunca. El sistema implantado en este
país, y las estructuras creadas por los colonizadores aún sigan vigentes.
Nuestros pueblos siguen siendo olvidados ahora como hace 497 años. Entonces los
tres poderes del estado que funcionaban para crear y mantener la real colonia,
desde 1524 hasta 1821, estos tres poderes funcionaban y los pueblos fueron olvidados. Desde 1821
para acá estos poderes se recomponen para el beneficio de los mismos – los
elites, los ladinos. Y eso no ha
cambiado nada y no ha contribuido nada para el bien de nuestros pueblos. Ellos
han recompuestos sus leyes, solo para el beneficio de ellos. Las estructuras se
han reconstruido para el beneficio de ellos. La lucha se ratifica que es mas
urgente hoy que nunca.
El sistema de justicia no ha cambiado nada
para nuestros pueblos. Ha sido mas sutil
la manera de represión. Han sutilizado
sus mecanismos. Cuando un indígena, una
persona indígena va en la cárcel, cuando queda preso, las condiciones se
dificultan. Pero cuando es uno de ellos las cosas cambian.
Y los que estamos como presos políticos,
quizás cuando estamos afuera, sabia que yo soy metido en estas luchas. Pero
cuando uno está en la cárcel, la familia, quiere o no quiere su familia, a
veces se suma a la lucha política. La familia de uno va adquiriendo nuevos
compromisos, nuevos conocimientos que expanden sus perspectivas. La experiencia
los exponen a nuevas cosas. Estas sus unas de las consecuencias de estar presos
en este sistema. Hay una percepción
negativa por parte de los enemigos a nuestra familias. Pero también, a la misma vez, hay mucha gente que empieza
a tener un aprecio para la familia de uno, que en el alrededor de uno hay
personas que aprecian y que dan apoyo. Es un apoyo incalculable para mi saber
que para mi esposa, hay quien la aprecia,
hay quien la apoya, hay quien la abraza con mucho cariño.
En mi caso, estando aquí en la cárcel, no hay
nada mas que hacer que leer, que estoy leyendo mucho. Hay otras actividades que
a lo mejor parecen muy insignificantes pero tienen su importancia. Por ejemplo,
aquí no hay lasos para la ropa. Pero yo inventé a manera de hacer lasos. Si
tenemos costales o tenemos morales, podemos deshacerlos y usar los materiales
para confeccionar lasos. Parece que los hago bien, que los trenzo bien, y
entonces ahora me piden lasos. Ya se cobra, unos diez quetzales, 15 quetzales.
De un costal sale un laso. Ya no se pierde nada.
También, yo lavo mi ropa. Yo lo lavo bien.
Entonces hay gente que manda a lavar su ropa. Por ejemplo, hace unos días
dentro del mismo cárcel, mandaron manteles para lavar, y yo cobro otros pocos
quetzales. Pero no lo hago para el dinero. El valor para mi nos es el valor
económico, no es el valor del dinero. Es el valor de hacer algo productivo
mientras estoy en la cárcel.
También, unos otros presos me han pedido
cursos sobre los idiomas Mayas. Y alguna gente están interesados en la
cosmovisión. Y estamos mirando como podemos programar una charla, quizás no
solamente para personas de este sector pero para otros sectores también. Ellos
necesitan fortalecer sus conocimientos.
Además, estoy tomando un curso. Dentro del
sistema penitencial ofrecen cursos para los presos. Ofrecen cursos de idiomas
extranjeros, cursos en corte de cabello, contabilidad, electrónica,
computación, enfermería o sea primeros auxilios. Yo me inscribí en el curso de
electrónica. Eso es para adquirir mas conocimiento y para ocupar mi tiempo.
Hoy sábado me pongo a lavar cuando ustedes se
vayan. Domingos por la tarde hay un horario para el estudio de la biblia. Lunes
es el curso de electrónica. Martes me dedico a la lectura. También tenemos un
grupo para adultos mayores, es decir, los con mas de 50 años. Nos juntamos los
días martes en la tarde y se hace ejercicios, para mantener el cuerpo. Tengo
problemas con la columna y pensé que no podría pero eso si me ha ayudado mucho.
Miércoles tengo libre pero posiblemente tengo cosas que lavar. Jueves también
es libre. Muchas veces los abogados vienen a visitarnos entre semana. Sábado es
día de las visitas, entonces así paso la semana.
Estoy participando en el grupo de lectura de
la biblia para afirmar mi propia espiritualidad. Sabemos que la cristianismo fue impuesto para
dominarnos y no para el bien de nosotros y mi participación en este grupo de
estudio me ha confirmado. Hay grupos de
estudio de la biblia domingo, miércoles y jueves. Pero siempre se aprende algo.
En vez de ver la cárcel como algo malo, si lo
miramos por otra perspectiva, te permite analizar la cantidad de problemas que
tiene el país. El sistema es incapaz de resolver estos problemas para las
personas, y la cárcel refleja la incapacidad del sistema. 95% de la población
dentro de este centro preventivo está aquí sin tener ningún delito. En el
sector 13, un 75-80% de los presos están aquí por delitos que se inventan. Si
el sistema de justicia fuera mas efectivo, no habían tantos cárceles.
Los 73 personas aquí en el sector 13 fueron
personas productivas. Se han quitado del pueblo de Guatemala 73 personas que
podrían ser útiles, productivas. Yo no estoy defendiendo los que han cometido
delitos, solamente observando que el sistema de justicia quita de la sociedad
muchos miembros productivos. En el fondo la gente tiene su parte positiva. Aquí
no podemos rechazar a nadie. Lo que se han hecho mal es el sistema. Nos han
hecho guardar mas rancor para el sistema. El sistema es el que pierda, por
tener tantas personas presos, no la gente.
Cuando
terminó de dictar estas palabras, Rigoberto nos dio de conocer que para él, es
muy importante que los movimientos y las personas se unen. Es decir, no olvidar
las diferencias, pero superarlas para poder enfrentar al sistema que ha
fomentado divisiones para hacer daño a los pueblos. “Las diferencias hay que
superarlas y trabajar. Todos tenemos que sumar a la lucha.” Al pronunciar estas palabras, ya llegó la
hora de la salida de los y las visitantes. Me urgió compartir sus pensamientos
con los compañeros y compañeras de los movimientos. Retrasamos nuestros pasos
al torniquete, donde esperábamos para el guardia de turno a abrirlo. Mirando a
las caras de los reos y sus familiares uno observaba un arcoíris de expresiones
y emociones. Ya los familiares pensando en el largo viaje a casa, y como están
los niños o los animales que han dejado, quizás planificando como juntar los
recursos para la próxima visita, o en algunas tareas o pedidos que les han dado
sus seres queridos presos. Ya vino la
guardia, entonces rápidamente los últimos abrazos fuertes y besos, y su esposa y
yo pasemos la barrera que nos dividió de Rigoberto y Domingo para el momento.
Animadas por la energía de la visita pero a la vez dolidas por la brusca
ruptura de la cercanía que habíamos compartido por unas horas, nos mirábamos
atrás para una ultima vista, y subimos las gradas, recogimos nuestros
documentos, pasemos la ultima puerta y así regresamos al mundo que nos esperaba
afuera de la cárcel.
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